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Los microplásticos y su impacto en las aves de Madrid

La contaminación por plásticos se ha convertido en un problema global que afecta a la vida silvestre en todo el mundo. La mala gestión de los residuos plásticos ha llevado a que una gran cantidad de estos materiales terminen en el medio natural, causando estragos en los ecosistemas y en las especies que dependen de ellos para sobrevivir. Uno de los efectos más preocupantes de esta contaminación son los microplásticos, pequeñas partículas de plástico que se degradan lentamente en el medio ambiente y que pueden ser ingeridas por los animales, causándoles graves daños.

Los microplásticos son partículas de plástico que miden menos de 5 milímetros. Debido a su tamaño diminuto, estos microplásticos pueden moverse con facilidad a través de los ecosistemas, contaminando incluso lugares remotos. A pesar de su ubicuidad en muchos entornos naturales, uno de los lugares menos estudiados en relación con los microplásticos es la atmósfera. Sin embargo, un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y la Universidad de Alcalá (UAH), en colaboración con el Grupo de Rehabilitación de la Fauna Autóctona y su Hábitat (GREFA) de la Red EnviroPlaNet, reveló la presencia de microplásticos y fibras artificiales en dos especies de aves comunes en Madrid: el avión común (Delichon urbicum) y el vencejo común (Apus apus).

El estudio se llevó a cabo analizando muestras de aves fallecidas entre 2021 y 2023, utilizando diversas técnicas para identificar, caracterizar y cuantificar los microplásticos y las fibras artificiales presentes en los sistemas digestivo y respiratorio de las aves. Los resultados fueron alarmantes: el 75% de las aves analizadas mostraron presencia de microplásticos en sus organismos. Entre los tipos de microplásticos más comunes encontrados se encontraban el poliéster, las fibras acrílicas y el polietileno, lo que demuestra la amplia presencia de estos contaminantes en el entorno natural de las aves.

Los investigadores destacaron la importancia de utilizar a estas aves como bioindicadores para monitorear la contaminación por microplásticos en la atmósfera. Las golondrinas y vencejos pasan la mayor parte de su vida en vuelo, estando expuestas constantemente a la contaminación atmosférica. Esto las convierte en excelentes candidatas para estudiar la presencia de microplásticos en el aire, ya que al monitorearlas después de su muerte se puede obtener información valiosa sobre la contaminación que de otro modo sería difícil de recopilar.

El estudio concluyó que estas aves pueden proporcionar datos cruciales sobre la dispersión de microplásticos y fibras artificiales en la atmósfera, contribuyendo así a la evaluación de la contaminación por plásticos desde una perspectiva de One Health. Esta perspectiva tiene en cuenta la salud del ecosistema, de los seres humanos y de los animales, permitiendo comprender mejor el impacto que la contaminación por microplásticos tiene en el medio ambiente.

En la imagen proporcionada por la UAM, podemos ver el esfuerzo de los investigadores por estudiar este problema ambiental, que afecta no solo a las aves, sino a toda la biodiversidad presente en Madrid. La presencia de microplásticos en las aves es solo la punta del iceberg de un problema mucho mayor que requiere acciones concretas para ser abordado de manera efectiva.

En conclusión, los microplásticos son una amenaza creciente para la vida silvestre en todo el mundo, y las aves en Madrid no son una excepción. Es fundamental tomar medidas urgentes para reducir la contaminación por plásticos y proteger a las especies que dependen de un medio ambiente limpio y saludable para sobrevivir. La investigación científica, como la realizada por la UAM y la UAH, es clave para comprender la magnitud del problema y buscar soluciones sostenibles que nos permitan preservar la biodiversidad de nuestra ciudad y del planeta en su conjunto.