Los socialistas han tenido una semana bastante complicada, con el delegado del Gobierno en la región siendo imputado. Francisco Martín, el susodicho delegado, parece atraer problemas como un imán. Y aunque AENA negó rotundamente que los mostradores en el aeropuerto de Barajas fueran cerrados debido a una plaga de chinches o pulgas, los sindicatos siguen insistiendo en que hay insectos y personas sin hogar deambulando por las terminales. Parece que los sin techo han encontrado un nuevo hogar en el aeropuerto, según un comunicado que ha llamado la atención sobre su situación y su traslado a lugares menos visibles.
Mientras Madrid se prepara para celebrar, en Moncloa están pasando por un momento bastante desagradable. El delegado del Gobierno tendrá que comparecer ante el juez la víspera de San Isidro, debido a su supuesta implicación en el caso de Cristina Álvarez, asesora de la esposa del presidente, Begoña Gómez. La investigación llega en un momento en el que las críticas al Gobierno por el gran apagón y los problemas en los trenes están en su punto más álgido. La presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, ha mencionado que si fuera el PP en el poder, la izquierda estaría incendiando las calles desde el primer día. La tensión entre los partidos se incrementa, con debates sobre energías renovables versus nucleares, e incluso acusaciones hacia Ayuso por pedir el nivel 3 de emergencias durante el apagón.
En la Asamblea de Madrid, los socialistas han seguido atacando a la líder popular, en un intento por ganar terreno político. La portavoz socialista, Mar Espinar, ha adoptado un tono más agresivo en sus intervenciones, lo que ha causado malestar en el Grupo Parlamentario. La llegada de Mónica García a la Cámara madrileña promete más confrontaciones, ya que planea regresar tras su paso por el Departamento de Sanidad.
A medida que nos acercamos a la mitad de la legislatura, la pradera se convierte en el escenario de experimentos políticos, especialmente con las encuestas que muestran al PP manteniendo mayorías absolutas en la Comunidad y el Ayuntamiento. Las calles tranquilas contrastan con la indignación por los problemas recientes, como los apagones y los insectos en Barajas, mientras la ciudad se prepara para celebrar sus fiestas más tradicionales.
A dos años de las próximas elecciones, los partidos ya están trazando sus estrategias para conquistar Madrid. Aunque el ambiente político es tenso, no se compara con la controversia generada hace unos años por el sacrificio de Excalibur, el perro de la enfermera contagiada de ébola. Con la memoria fresca de esos eventos, los madrileños se preparan para una contienda electoral que se anticipa reñida y llena de confrontaciones. ¿Quién saldrá victorioso en esta batalla por el poder en la capital? Solo el tiempo lo dirá.