De México a Madrid: La conexión cultural a través de la cartonería
Raissa Nah Cupul, una talentosa artesana originaria de Yucatán, México, se encuentra en Madrid impartiendo talleres de cartonería en la Fundación Casa México. Esta fundación, ubicada en el barrio de Chamberí, alberga un impresionante nacimiento decorado con figuras artesanales que encarnan la esencia de las festividades mexicanas.
El arte de la cartonería: una labor dedicada y paciente
Raissa, quien ha viajado expresamente desde México a Madrid para compartir su arte, se dedica con esmero a la elaboración de figuras de papel maché para el nacimiento. Con una mezcla de harina, agua y almidón, Raissa crea un engrudo que, al secarse, se transforma en cartón piedra, dando forma a las figuras que adornan el bello montaje.
Los talleres familiares organizados por Raissa en la Fundación Casa México han atraído a niños y padres deseosos de participar en la creación de sus propias piñatas mexicanas inspiradas en el nacimiento. La artesana, pacientemente, comparte su conocimiento y técnica, mezclando el papel y el alambre para dar vida a las figuras que dan vida a este tradicional montaje.
Una exposición cultural única: el nacimiento mexicano en Madrid
El nacimiento, compuesto por 34 figuras elaboradas por diversos artesanos mexicanos, representa elementos únicos de la cultura y tradición de México. Desde las famosas danzas del venado hasta los viejitos de Michoacán, cada figura aporta un toque artesanal y tradicional a la escena, creando un ambiente festivo y acogedor.
Además, la exposición incluye 30 nacimientos en menor escala elaborados con técnicas tradicionales, como el barro vidriado de Oaxaca o la madera aromática de pimienta. Los visitantes son recibidos por un imponente quiote de cuatro metros y un arco de flores de totomoxtle, recordando la importancia del maíz en la cultura mexicana.
La emoción de Raissa: un sueño hecho realidad en Madrid
Para Raissa, ver su arte en Madrid y presenciar la reacción de los visitantes ha sido un sueño hecho realidad. La artesana se emociona al ver la alegría y asombro en los rostros de quienes contemplan el nacimiento, compartiendo una experiencia cultural única y enriquecedora. Su labor no solo trasciende la creación artística, sino que también une culturas y corazones a través de la cartonería.