El óxido nitroso, popularmente conocido como el ‘gas de la risa’, ha experimentado un auge en Madrid, convirtiéndose en la nueva droga extranjera de moda entre los jóvenes de la capital. Este gas, que llegó hace una década a zonas turísticas del Levante y Baleares, se ha deslocalizado tras el impacto del Covid-19 en la sociedad. En la primera mitad del año, se han registrado incautaciones en Madrid capital, Coslada, Leganés y El Álamo, evidenciando la presencia creciente de esta sustancia en la región.
El ‘gas de la risa’ ha generado un fenómeno emergente en la vida nocturna madrileña, atrayendo a cientos de jóvenes que se congregan en botellones para disfrutar de sus efectos. En fiestas patronales como las de El Álamo, es común ver a grupos de jóvenes consumiendo este gas entre copas de alcohol y globos de colores, sumidos en un estado de euforia y desconexión de la realidad. La música a todo volumen en las casetas y la mirada perdida de los presentes reflejan la popularidad creciente de esta droga recreativa en la juventud de la ciudad.
Aunque el ‘gas de la risa’ se ha manifestado de forma gradual en eventos como fiestas ‘rave’, parques, zonas de ocio nocturno y hasta vagones de metro, su presencia se ha incrementado notablemente en los últimos tiempos. Los consumidores destacan la intensa sensación de felicidad y relajación que experimentan al inhalar el gas, generando una risa descontrolada y placentera. Sin embargo, es importante tener en cuenta los peligros asociados a su consumo y los efectos adversos que puede provocar en la salud de quienes lo utilizan.
El origen del óxido nitroso se remonta a su uso recreativo en clubes de Reino Unido, Países Bajos y festivales del norte de Europa, para luego expandirse a las zonas turísticas del Levante español y las Islas Baleares. Su popularidad entre los extranjeros que visitaban España contribuyó a la difusión del ‘gas de la risa’ en el país, convirtiéndolo en una sustancia de moda entre la juventud. Con la llegada de la pandemia y el cierre de establecimientos de ocio, el consumo de óxido nitroso se trasladó a hogares particulares y botellones, lo que ha generado preocupación en las autoridades por su uso fraudulento.
La deslocalización del óxido nitroso ha llevado a un aumento de intervenciones policiales en la Comunidad de Madrid, con incautaciones en distintas localidades como Humanes, Coslada, Leganés y la capital. En eventos ilegales, como una fiesta desmantelada en Humanes durante la Nochebuena de 2020, se han encontrado tanques industriales de este peligroso gas, que ha desplazado a las cápsulas monodosis de N2O en el mercado. Las autoridades se enfrentan al desafío de controlar su venta y consumo, dado que su adquisición legal dificulta la persecución de su uso indebido.
El director estatal de Energy Control, Claudio Vidal, advierte sobre los riesgos asociados al consumo de óxido nitroso, especialmente en lo que respecta a la forma de ingesta y la frecuencia. Es fundamental evitar aspirar directamente del cartucho para prevenir quemaduras, así como no retener el gas en los pulmones para evitar asfixia. La combinación con otras drogas, en especial el alcohol, puede alterar el sistema nervioso central y provocar efectos adversos en la salud de los consumidores. El consumo continuado de óxido nitroso también puede derivar en deficiencias nutricionales, como la falta de vitamina B12, con consecuencias neurológicas.
A pesar de considerarse una sustancia con un perfil de riesgo bajo si se consume de manera puntual y en dosis bajas, el ‘gas de la risa’ plantea desafíos para las autoridades en su regulación y control. El aumento de intervenciones policiales y decomisos en la Comunidad de Madrid evidencia la necesidad de abordar el problema de forma integral, desde la prevención hasta la persecución del tráfico ilegal de esta droga recreativa. La oferta de óxido nitroso se ha visto acompañada por una demanda creciente, lo que ha generado preocupación en las autoridades sanitarias y policiales ante los riesgos para la salud pública.