Hace un tiempo, en el bullicioso barrio de Malasaña, dos amigas decidieron alegrar la tarde a los vecinos con una actuación improvisada en el balcón de su casa. Sin pensarlo mucho, Lola y Marina comenzaron a cantar para el público que pasaba por la calle Pez. La música resonaba en el ambiente y sorprendentemente, la gente se detenía a escuchar. La espontaneidad de ese momento desencadenó un proyecto cultural que ahora es conocido como El Balcón, creado entre un grupo de siete amigos.

Lo que comenzó como una pequeña actuación en un tercer piso se convirtió en un altavoz cultural para artistas emergentes, vecinos y curiosos del barrio. La idea de El Balcón surgió de la fusión de dos proyectos previos: la actuación en el balcón de Lola y Marina y el podcast Calle Pez, creado por Marina y Dani para entrevistar a artistas emergentes. La combinación de ambos conceptos resultó en un espacio único donde los artistas pueden ofrecer actuaciones en vivo desde un balcón a otro.

El equipo detrás de El Balcón está formado por siete amigos con diferentes perfiles profesionales que aportan sus conocimientos y habilidades al proyecto. Cada uno juega un papel importante en la organización y ejecución de las sesiones, desde la selección de artistas hasta la producción y la comunicación. La diversidad de talento dentro del grupo permite que el proyecto crezca de manera orgánica y se mantenga fiel a su esencia original.

La elección de los músicos que participan en El Balcón se basa en la calidad de su propuesta artística y su capacidad para conectar con el público. El objetivo a largo plazo es que el proyecto se autofinancie para mejorar la calidad del sonido y la producción. A pesar de su creciente popularidad, el equipo se mantiene fiel a sus raíces, priorizando la cercanía, la comunidad y el espíritu de barrio.

La interacción con el vecindario es fundamental para El Balcón. Aunque las sesiones no son conciertos en vivo, los músicos cantan en directo desde el balcón, creando momentos únicos e inolvidables para los espectadores. La conexión con los vecinos ha permitido que el proyecto se integre aún más en la vida cotidiana del barrio, fomentando la participación y el intercambio entre la comunidad.

A diferencia de otros formatos de actuaciones en vivo, El Balcón apuesta por la espontaneidad y la autenticidad, lo que lo convierte en una experiencia única para artistas y espectadores. A pesar de los desafíos logísticos y técnicos, el equipo se esfuerza por mantener la esencia del proyecto y seguir creciendo de manera sostenible.

El próximo episodio de El Balcón está programado para la semana del 12 de mayo, con la participación de las artistas Repions. Mientras tanto, el proyecto sigue cautivando a todos aquellos que se acercan a disfrutar de la música y la cultura en un entorno tan especial como el barrio de Malasaña. Sin duda, El Balcón se ha convertido en un verdadero tesoro cultural para la comunidad local y una plataforma única para el talento emergente en la escena musical.