El Gobierno persigue a artistas como Nacho Cano: acusaciones de Ayuso
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha levantado una fuerte polémica al acusar al Gobierno central de estar llevando a cabo una campaña de persecución contra artistas, con la intención de intimidar al mundo de la cultura en su totalidad. Estas declaraciones se produjeron en un mensaje emitido por Ayuso justo el día en que Nacho Cano acudió a declarar en el juicio por presuntas irregularidades relacionadas con el musical de ‘Malinche’.
Nacho Cano, reconocido compositor, ha manifestado en repetidas ocasiones que se siente perseguido simplemente por ser amigo de Ayuso. En un acto de valentía, Cano lanzó un mensaje directo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tildándolo de «corrupto» y advirtiéndole de que está en su punto de mira. «Puedes venir por mí, pero no lograrás derribarme, porque no me lo merezco», afirmó con firmeza frente a los medios de comunicación.
La defensa de la cultura y la libertad de expresión
La postura de Ayuso, al respaldar a Cano, refleja una clara oposición a lo que considera prácticas dictatoriales por parte del Gobierno de Sánchez. La presidenta regional ha destacado la gran trayectoria de Nacho Cano, describiéndolo como uno de los mejores compositores de España y a su emblemática banda, Mecano, como uno de los grupos más destacados en la historia musical del país.
Declaraciones de los implicados
En el marco del proceso judicial, Nacho Cano y otros tres integrantes de su equipo han comparecido este lunes como investigados en relación con el caso de los becarios del musical ‘Malinche’, enfrentando acusaciones de presuntos delitos contra los derechos laborales y los derechos de ciudadanos extranjeros.
Un debate que trasciende la música
Más allá de la esfera artística, este caso ha generado un intenso debate sobre la libertad de expresión, la independencia de los artistas y el papel del Gobierno en la protección de los derechos laborales. La controversia en torno a la persecución a artistas como Nacho Cano plantea interrogantes sobre los límites del poder estatal y la defensa de la diversidad cultural en un contexto político cada vez más polarizado.
