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El mercado de Olavide: una historia olvidada y una explosión devastadora

Una plaza de Madrid, en pleno barrio de Chamberí, guarda el recuerdo de una construcción racionalista puntera en la capital. Un espacio, en pleno centro de Madrid, que ha tenido muchas vidas. La plaza de Olavide, uno de los puntos neurálgicos del distrito de Chamberí, estrenó nueva cara hace unos meses por iniciativa municipal, con más espacio peatonal, 160 nuevos árboles y 21.000 arbustos tras su remodelación. El objeto de los trabajos fue reforzar el carácter peatonal del espacio, reordenar sus usos y mejorar la accesibilidad universal. En esa labor, el Ayuntamiento de Madrid ha invertido 5,5 millones de euros, cofinanciados por los fondos Next Generation de la Unión Europea. Nada que ver con la historia pasada de este lugar, no demasiado lejano, marcado por el comercio de todo tipo de alimentos. Un espacio fundamental en el día a día de los vecinos de este barrio de Chamberí.

El diseño racionalista e innovador de Francisco Javier Ferrero

Fue diseñado, en su momento, siguiendo las teorías higienistas que alumbraron hospitales o ambulatorios, además de casa de reposo y, como es este caso, mercados. Lugares que debían «mejorar» la salud pública. Lo ideó el arquitecto Francisco Javier Ferrero en el año 1934 y sustituyó al pequeño mercado que había sido instalado en las postrimerías del siglo XIX, aprovechando parte del armazón de hierro rescatado de la demolición del viejo mercado de la Cebada.

Allí se concentraron los vendedores de fruta, verdura y hortalizas. La licitación o subasta de las obras de construcción se anunció por un importe de 1,6 millones de pesetas. Una fortuna para la época. De forma poligonal, constituido por una serie de prismas octogonales que se iban escalonando, hasta concluir en un gran patio central, último prisma que aseguraba la ventilación cruzada. Estaba construido en un estilo racionalista y funcional, muy al estilo de lo que mandaban las nuevas corrientes arquitectónicas de los años 30. Todo un ejemplo de modernidad.

La controversia y demolición del mercado

Pasó la guerra y los tiempos dejaron huella en él. Hasta el punto que, dentro de las corrientes desarrollistas de los años 60 y 70, algunos pusieron la vista en su estructura. Y es que su demolición mediante voladura controlada, el 2 de noviembre de 1974, fue acompañada de una gran polémica entre los que opinaban que su modelo de mercado estaba obsoleto y el edificio muy deteriorado por el paso del tiempo. Frente a ellos, otros proponían su recuperación y puesta al día.

Ese 2 de noviembre de 1974 fue el momento culmen del desencuentro absoluto entre el Ayuntamiento, que consideraba obsoleto el mercado, y los comerciantes, vecinos y arquitectos, que defendían su conservación por su gran valor arquitectónico. Otro punto de controversia se centró en las indemnizaciones que el Ayuntamiento negó a los comerciantes, quienes tenían derechos adquiridos desde que se construyó el mercado, por los años allí pasados.

Hasta tal punto llegó la indignación por la decisión de demoler este mercado que diversos miembros del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, allá por 1976, encargaron al director de cine Antonio Artero el documental «Olavide, documental». Todo para dejar constancia y denunciar el caso. Además, para que la polémica fuera a más y los vecinos se vieran más molestos, la técnica empleada por el Consistorio para la demolición falló en numerosos puntos y algunos de los numerosos edificios circundantes de esta popular plaza padecieron importantes daños. Las calzadas y otros establecimientos comerciales también sufrieron las consecuencias de las explosiones. Algo de lo que se hizo eco el documental.

El espacio que ocupaba fue sustituido por una plaza con parterres de arbustos y una fuente, un paso subterráneo para la calle de Trafalgar y un aparcamiento municipal. Otro Olavide.