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El entorno de la plaza Canalejas en Madrid sigue evolucionando con la transformación de diversos edificios emblemáticos. Uno de los próximos en sumarse a esta renovación es el edificio de la calle Alcalá 21, ubicado en la intersección con la calle Virgen de los Peligros. El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado un plan especial que permitirá cambiar su uso actual de oficinas a un hotel de lujo, manteniendo al mismo tiempo su protección patrimonial.

Este edificio de 13 plantas en altura y 2 bajo rasante, que se encuentra actualmente en desuso, será transformado para albergar servicios de hospedaje, un restaurante en la primera planta y una sala de reuniones en la segunda. A pesar de la modificación de su interior, el edificio está catalogado como un Bien de Interés Cultural en el Catálogo Municipal de Edificios Protegidos, lo que implica un nivel de protección grado 1 nivel 2. Esto significa que el promotor está obligado a conservar elementos arquitectónicos como la fachada, el portal y la escalera común central.

Una de las principales modificaciones en la parte exterior del edificio será el traslado de las máquinas de climatización al interior, con el objetivo de reducir el impacto visual negativo que generan en la actualidad. Además, se incorporará un ascensor accesible entre los dos ya existentes en uno de los patios del edificio, con acceso directo a la escalera central. La entrada principal se mantendrá igual que en 2014, conservando así la estética del edificio.

El proyecto ha recibido informes positivos por parte de Patrimonio, respaldando la transformación del edificio en un hotel de lujo que respete su valor histórico y arquitectónico. Sin embargo, la aprobación de este plan especial ha generado controversia en el ámbito político, especialmente entre los partidos de izquierda en la oposición.

El Grupo Municipal Socialista fue el único que presentó alegaciones durante el proceso de aprobación, cuestionando la justificación del interés general que alega el Consistorio para la apertura de un nuevo hotel en la zona. Antonio Giraldo, responsable de urbanismo del grupo, argumentó que la ocupación hotelera en Madrid no alcanza el 59%, lo que plantea dudas sobre la necesidad de más hoteles en el centro de la ciudad.

Por otro lado, Más Madrid también se opuso al proyecto, señalando que la transformación de un edificio que podría albergar viviendas en un hotel de lujo contribuye a la «desertificación» del centro de la ciudad. La concejala Lucía Lois expresó su preocupación por la saturación hotelera en la zona, sugiriendo la necesidad de regular la construcción de nuevos hoteles para evitar problemas de congestión.

En contraposición, el responsable de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento, Borja Carabante, defendió la aprobación del plan especial argumentando que solo se han aprobado 17 proyectos similares en los últimos 5 años, lo que representa una proporción pequeña en comparación con los 147,000 edificios en Madrid. Carabante destacó la demanda turística de la ciudad y la importancia de seguir atrayendo visitantes con la apertura de nuevos establecimientos hoteleros.

La transformación del edificio de la calle Alcalá 21 en un hotel de lujo se plantea como una oportunidad para poner en valor sus elementos arquitectónicos y revitalizar el entorno de la plaza Canalejas. A pesar de las críticas y controversias, el proyecto avanza con la intención de ofrecer una nueva opción de hospedaje en una ubicación privilegiada en el corazón de Madrid.