El emblemático espacio del distrito de Arganzuela, Matadero, celebra su centenario con un programa que combina tradición y vanguardia. A lo largo de los años, este lugar ha evolucionado de ser un matadero a convertirse en un vibrante centro cultural que atrae a artistas y vecinos por igual.
La historia de Matadero se remonta a finales del siglo XIX, cuando Madrid contaba con varios mataderos públicos que no cumplían con los estándares higiénicos necesarios. Fue entonces cuando se decidió construir una infraestructura que garantizara la seguridad de la ciudadanía, inspirada en modelos alemanes. El arquitecto Luis Bellido completó la construcción en 1924, y desde entonces, el espacio ha sido testigo de actividades industriales hasta 1995, cuando la actividad se trasladó a Mercamadrid.
Después de ser incluido en el Catálogo de Edificios Protegidos en 1918, Matadero fue destinado a uso cultural en 2003. Esto marcó el comienzo de una nueva etapa para el recinto, que se convirtió en un centro de creación contemporánea. Bajo la dirección de Carlos Baztán y su equipo, se llevaron a cabo estudios previos, levantamiento de planos y un plan especial de protección para preservar la esencia del lugar.
Matadero se ha convertido en un espacio dinámico que alberga una amplia variedad de actividades culturales, desde residencias artísticas hasta festivales de cine. Intermediae, un centro de creación contemporánea, ha sido fundamental para involucrar a los vecinos y artistas en la vida cultural del lugar. La plaza de Matadero se ha convertido en un punto de encuentro para la ciudadanía, donde se celebran eventos como el Día de la Música, San Isidro o Navidad.
La celebración del centenario de Matadero comenzará el 24 de octubre con una serie de eventos que destacan la historia y el impacto cultural del recinto. Desde una instalación artística en el depósito de agua hasta una exposición inmersiva en la Nave 0, los eventos buscan conectar el pasado, presente y futuro de Matadero. La programación incluye exposiciones fotográficas, mesas redondas con arquitectos, talleres para niños, música en la Plaza Matadero y proyecciones de películas rodadas en el recinto.
En resumen, Matadero ha evolucionado de ser un lugar de matanza a convertirse en un centro cultural vibrante que sigue atrayendo a artistas y vecinos por igual. Su historia de transformación refleja el compromiso de la ciudad con la cultura y la creatividad, y su centenario es una celebración de su importancia como un espacio emblemático para Madrid.