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La Policía pone en duda la versión del asesino de Juana Canal y refuerza la hipótesis de muerte violenta

Los investigadores de la Policía Nacional han descartado la posibilidad de que el crimen de Juana Canal haya sido accidental y están considerando que el relato proporcionado por Jesús Pradales sobre lo ocurrido aquella fatídica madrugada de febrero de 2003 no encaja por diversas razones. Entre estas razones se destaca que no se encontraron pruebas del descuartizamiento del cadáver en la bañera del piso de la calle Boldano en Ciudad Lineal, así como el constante cambio de versiones ofrecidas por el acusado desde su detención.

El inspector jefe del Grupo de Homicidios de la Comisaría de Policía Judicial detalló en el juicio que en un lapso de 26 horas, Jesús habría matado a Juana, la habría descuartizado, trasladado a 170 kilómetros de Madrid, excavar dos hoyos profundos, regresar a Madrid, deshacerse de las maletas en varios contenedores, dejar una nota manuscrita a sus hijos, entre otras acciones. Todo esto lleva a cuestionar la versión de que actuó bajo pánico y miedo insuperable.

Durante el proceso judicial, se reveló que Jesús había estado vinculado directamente al paraje de Ávila donde se hallaron los restos óseos de la fallecida por medio de pinchazos telefónicos y otras pruebas. Además, se descubrió que el acusado se refería a Juana como «la Mellada» en conversaciones con su familia, lo cual levantó sospechas sobre la veracidad de su relato.

En cuanto al desmembramiento del cuerpo, el inspector jefe destacó que esta tarea no es sencilla y suele dejar rastros evidentes como proyecciones y salpicaduras de sangre que pueden llegar hasta el techo. La meticulosidad con la que se llevó a cabo este proceso hace que la Policía dude de que haya sido un acto realizado por una persona presa del pánico.

Subheading: Dudas sobre la versión del acusado

La Policía desde un principio ha cuestionado la veracidad de la versión de Jesús, detectando que intentaba ocultar información crucial. Los constantes cambios en su declaración, así como la falta de claridad en los motivos detrás del crimen, han llevado a los investigadores a concluir que el acusado no está diciendo toda la verdad.

Tras el hallazgo de los restos en 2016, se pudo establecer una conexión directa entre Jesús y la zona donde se encontraron los huesos, dado que su padre era un pintor conocido en Navalacruz. Este descubrimiento llevó a un giro en la investigación y a la identificación de la víctima a través de pruebas de ADN que coincidían con familiares de Juana.

Subheading: Revelaciones impactantes

Durante el juicio, se revelaron detalles impactantes sobre la conducta de Jesús, como conversaciones en chats donde insinuaba que su primera esposa podría haber contratado a un sicario. Estas revelaciones arrojaron luz sobre la personalidad y posibles motivaciones ocultas del acusado, generando más incertidumbre en torno al caso.

El capitán de la Guardia Civil de Ávila que intervino en las inspecciones oculares y las declaraciones del procesado también expresó sus dudas sobre la versión de Jesús. Según el capitán, la forma en que se encontraron los restos óseos indicaba claramente que se trataba de una muerte violenta y no accidental, como había asegurado el acusado.

Subheading: Ocultación del cadáver y sospechas

La ocultación del cadáver, así como la falta de llamadas a los servicios de emergencia por parte de Jesús, han levantado sospechas sobre la verdadera naturaleza de la muerte de Juana. La ausencia de colaboración con las autoridades y la manipulación de la escena del crimen apuntan a un acto premeditado y violento por parte del acusado.

En conclusión, la investigación del crimen de Juana Canal ha revelado múltiples inconsistencias en la versión del asesino confeso, lo que ha llevado a la Policía a reforzar la hipótesis de una muerte violenta. A medida que se desentrañan más detalles y se revelan nuevas pruebas, se espera que se haga justicia y se esclarezcan los hechos detrás de esta tragedia.