La Puerta del Sol en Madrid ha sido designada como Lugar de Memoria Democrática, en un intento por honrar a las víctimas que sufrieron violencia, vejación, persecución o privación de libertad durante el franquismo en el edificio que actualmente alberga la sede de la Presidencia del Ejecutivo de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El Congreso aprobó esta medida tras una iniciativa presentada por Sumar en la Comisión Constitucional de la Cámara Baja, la cual contó con el respaldo de 19 votos a favor y 18 en contra de PP y Vox.
Durante la dictadura franquista, la Puerta del Sol albergó las dependencias y calabozos de la Dirección General de Seguridad (DGS), que funcionó como un centro de torturas donde miles de personas fueron sometidas a violencia por motivos políticos, sociales, religiosos, de orientación sexual o simplemente por discrepar con el régimen. La colocación de una placa con los nombres de las víctimas y las organizaciones a las que pertenecían busca rendir homenaje a aquellos que lucharon por la democracia y las libertades fundamentales.
Además, se ha aprobado promover un acto específico para la “rehabilitación democrática” de Julián Grimau, un dirigente comunista que fue torturado en los calabozos de la DGS y condenado a muerte. Este año se cumplen 60 años de su fusilamiento, y la colocación de una placa en su memoria en el actual edificio del Senado busca recordar los hechos ocurridos en un juicio plagado de irregularidades incluso bajo las leyes franquistas de la época.
Sin embargo, el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso rechazó la posibilidad de colocar una placa en memoria de los detenidos por el franquismo en la fachada de la Real Casa de Correos en la Puerta del Sol. La presidenta de la Comunidad de Madrid afirmó que las únicas placas que habrá en el edificio estarán dedicadas a unir al pueblo de Madrid, haciendo referencia a las distinciones actuales que honran a los Héroes del 2 de mayo, a las víctimas y héroes del 11-M, y a aquellos que perdieron la vida durante la pandemia.
La aprobación de la Puerta del Sol como Lugar de Memoria Democrática representa un paso importante en la reparación de las víctimas del franquismo y busca equiparar a Madrid con otras capitales europeas que han conmemorado a aquellos que lucharon por la libertad en tiempos de barbarie. Esta medida no solo busca recordar el pasado oscuro de España, sino también educar a las generaciones futuras sobre la importancia de defender los derechos humanos y las libertades democráticas en todo momento.
