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Rocío Monasterio ha sido destituida como presidenta de Vox en Madrid, pero sigue manteniendo su posición como portavoz en la Asamblea. En su última intervención, ha abordado el tema de la vivienda en la región de una manera más suave y menos agresiva de lo habitual. Se ha limitado a expresar su preocupación por el alto costo de la vivienda y ha ofrecido tres consejos a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso.

En un tono más calmado de lo habitual, Monasterio ha cuestionado cómo es posible que la vivienda se haya vuelto inaccesible para muchos. Ha destacado la importancia de proteger la propiedad privada, liberalizar el suelo y garantizar la seguridad jurídica en este ámbito. Por su parte, Ayuso ha evitado entrar en detalles sobre la situación interna de Monasterio en su partido, enfocándose en los desafíos actuales en el mercado de la vivienda.

Ayuso ha señalado que el acceso a la vivienda siempre ha sido un desafío en las grandes ciudades, pero ha destacado que el auge demográfico actual está exacerbando la situación. Ha comparado las políticas de vivienda implementadas durante su mandato con las de gobiernos anteriores, resaltando la eliminación de la burocracia, la liberación de suelo y la implementación de planes de vivienda.

La presidenta ha defendido sus políticas afirmando que se han licitado, adjudicado o están en construcción un total de 8,500 viviendas, con planes para entregar otras 2,000 antes de Navidad. Ha desafiado a sus críticos a señalar qué otra región en España está construyendo una cantidad tan significativa de viviendas públicas como la Comunidad de Madrid. A pesar de las tensiones políticas, Ayuso ha eludido referirse a la destitución de Monasterio como presidenta de Vox en Madrid, centrándose en los logros de su gobierno en materia de vivienda.