En exclusiva, desde Sevilla para Madrid, en el nº 16 de la plaza de Manuel Becerra, traigo un nuevo concepto de restauración que marcará un antes y un después…». Así presentaba, a bombo y platillo en redes sociales, el dueño del restaurante madrileño Burro Canaglia su proyecto hostelero fallido hace un año y medio.
El local, a raíz de una batería de sucesos, se incendió. Las llamas provocaron la muerte de tres personas y las heridas de una decena de ellas, que perduran actualmente. El fuego se produjo el pasado 22 de abril de 2023. La investigación del caso, tras pasar varios jueces por el procedimiento, ha sido lenta y, hasta la fecha, no había prácticamente ningún avance. Hasta hoy.
El Juzgado de Instrucción nº46 de Madrid ha llamado a declarar el próximo 17 de diciembre a las 11:45 horas al operador de la pizzería, Pedro Capote, como investigado, a los testigos y a las víctimas, según ha podido saber GRAN MADRID. El juzgado, del que es titular la juez Dakota Sampedro, ha solicitado la prueba documental para las distintas partes implicadas en la tragedia.
### Llamado a declarar y avances en la investigación
En primer lugar, al Ayuntamiento de Madrid. También, a la empresa Flor Jifran, la floristería sevillana que proporcionó la decoración inflamable que posteriormente prendió y desembocó los decesos; a Foodology Lab SL, la matriz de los restaurantes Burro Canaglia, con su cuartel general ubicado en la capital hispalense, y a Garrigues Retail, la entidad que señaló en aquel momento no haber sido responsable de la decoración.
También hay más personas jurídicas involucradas. La Perla di Montello, mercantil que gestionaba el restaurante Burro Canaglia de Madrid con el empresario Pedro Capote a los mandos como administrador único. La sociedad gestiona otros locales en la capital como el Pomodoro de Bravo Murillo, por el que obtuvo una subvención de 3.000 euros. Y, en último lugar, al Instituto Regional de la Seguridad Social y a la Policía Municipal de Madrid.
### Declaraciones del propietario y avances en el caso
«Lo único que quiero es hacer el bien. Hace falta más gente como yo en el mundo». Con estas palabras, que trasladó a EL MUNDO en la única entrevista que ha concedido hasta la fecha, Capote intentaba calmar las aguas, quitarle hierro a los acontecimientos que le hicieron saltar al foco mediático en el último año. La Fiscalía de Madrid se opuso al sobreseimiento de la causa y solicitó la práctica de diligencias.
Por su parte, el letrado de parte de las víctimas, del despacho A. Nieto Dunn’e Abogados, pedirá la imputación de Capote por un delito contra la seguridad de los trabajadores, otro de lesiones y otro de homicidio imprudente. Todo comenzó cuando un camarero fue a servir uno de los elementos de la carta: la pizza Inferno, un plato flambeado.
Se tropezó y prendió un árbol decorativo de la sala. Las llamas comenzaron a subir e incendiaron la decoración del techo convirtiendo el local en una trampa mortal. El suceso se saldó con tres víctimas mortales y una decena de heridos, con secuelas que perduran.
### Detalles sobre el incendio y las consecuencias
Lo que llegó a ser un sitio de moda acabó convirtiéndose en una pesadilla para los presentes aquella fatídica noche. La vida de Gino ha dado un giro radical en el último año. Por no poder, no puede ni freír ni un huevo. Y no porque no sepa, ya que siempre se dedicó a la restauración, sino por las consecuencias de un incendio que casi le cuesta la vida.
Probablemente, no pueda volver nunca más a entrar a una cocina. Y, pese a ello, es un hombre con suerte: «Él estaba trabajando dentro del local…le pudieron sacar de allí, a otros no», comenta su abogado, Nieto.
El local tenía un único extintor, pero tal y como ha podido saber este diario, disparaba la espuma en dirección contraria, lo que generó más caos y fabricó una bola de fuego haciendo que todo ardiera más rápido. Tampoco había sprinklers, aspersores de techo, que al detectar humo expulsan agua. Y, además, la puerta principal era doble. Una abría hacia dentro de la pizzería y la otra hacia la calle.
### Declaraciones del empresario y apertura de un nuevo restaurante
«Ahí no hay nada. Fue un accidente y ya está», expone Capote. Y asegura: «No me van a pedir ninguna indemnización. Al revés, el seguro me tiene que pagar a mí por los daños en el local» indica explicando que para la apertura desembolsó 500.000 euros, pero, según él, la aseguradora le dará 180.000. «Las he pasado putas con este tema, yo soy una víctima también». En relación al caso, confirma «estar tranquilo con este asunto».
«Yo ayudo a la gente, tengo varias empresas, doy trabajo, mi vida es dar. A mí la gente me quiere. Fue un incendio, un accidente y ya está. Ahí no hay nada», añade el empresario madrileño desde su despacho de Navalcarnero.
En la actualidad, hace unas semanas abrió las puertas un nuevo restaurante colombiano, Home Burgers, con hamburguesas como eje del menú, con una decoración diáfana y sin vegetación inflamable. «Estamos teniendo buena recepción, con 90 tickets diarios», muestra el nuevo propietario.
Camilo Peláez, el regente de Home Burgers, apunta en una conversación que también tiene en cartera la apertura de dos nuevos locales en la capital: uno en Atocha y otro en el paseo del General Martínez Campos. «Mucha gente cotillea y comenta en la puerta», afirma Peláez sobre lo que queda in situ del suceso que un día convirtió el mismo local en una ratonera. Hasta diciembre, cuando el caso se reanude tras 20 meses de espera y se arroje luz sobre el siniestro.