El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, ha generado polémica al atribuir el aumento del número de personas sin hogar que viven en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas a la reducción de recursos sociales por parte de las administraciones competentes. En medio de una rueda de prensa sobre una operación contra el tráfico de drogas en el aeropuerto, Martín destacó la importancia de abordar el sinhogarismo como un drama social que requiere soluciones urgentes.
Martín enfatizó que la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es garantizar la seguridad en el aeropuerto, pero reconoció que la presencia de personas sin hogar en las terminales ha aumentado. Esta situación, según Martín, responde a la falta de recursos sociales por parte de las autoridades competentes, lo que ha obligado a estas personas a refugiarse en el aeropuerto en busca de protección y resguardo.
Desafíos Sociales y Coordinación Institucional
En este sentido, Martín subrayó que abordar el sinhogarismo en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas es una cuestión de carácter social que requiere la colaboración y coordinación de todas las instituciones pertinentes. Insistió en la necesidad de brindar soluciones integrales a las personas sin hogar, trabajando de manera conjunta para abordar este problema estacional.
El delegado del Gobierno en Madrid instó a las autoridades locales, la Comunidad y el Ayuntamiento, a unirse a los esfuerzos de la Delegación del Gobierno y la Policía Nacional para reforzar la colaboración y encontrar soluciones efectivas para las personas sin hogar que buscan refugio en el aeropuerto. Martín hizo un llamado a la humanidad y la convivencia, destacando la importancia de abordar este drama humano con empatía y solidaridad.
En última instancia, Martín enfatizó la importancia de no ignorar o minimizar la urgencia social que representa el sinhogarismo en el aeropuerto, instando a todas las administraciones a trabajar de manera coordinada para paliar este problema. Reconoció que no se trata únicamente de un asunto de seguridad, sino de un desafío que exige una respuesta integral y colaborativa por parte de todos los actores involucrados.