El Plan Reside, liderado por el Área de Medio Ambiente, Movilidad y Urbanismo de Madrid, ha sido aprobado en la Junta de Gobierno con el objetivo de regular los pisos turísticos en la ciudad. Una de las principales medidas de este plan es la prohibición de viviendas de uso turístico en el centro histórico de la capital, que concentra la mayoría de estos inmuebles.
En el centro histórico de Madrid, se aplicarán tres normas principales: no se permitirán los pisos turísticos dispersos en edificios residenciales, incluso en planta baja; en edificios que no sean de uso residencial, se admitirán los pisos turísticos sin limitaciones; y se permitirá cambiar el uso a pisos turísticos en edificios residenciales protegidos y obsoletos ubicados en calles no comerciales, siempre y cuando todo el inmueble se destine a esta actividad. Estas medidas tienen como objetivo preservar el carácter residencial del centro histórico y fomentar la rehabilitación de edificios.
Por otro lado, se ha establecido una «zona exterior» en el resto de la ciudad, donde las viviendas de uso turístico podrán implantarse bajo las condiciones del plan vigente de 2019. Sin embargo, como novedad, en el caso de viviendas dispersas en edificios residenciales, se deberá contar con acceso independiente.
Además, se ha prohibido la transformación de locales comerciales en pisos turísticos en el centro histórico, así como la conversión de locales en viviendas en las principales vías terciarias de la ciudad. Estas medidas buscan preservar el comercio de barrio y mejorar la convivencia entre los residentes.
El plan pasará por el trámite de información pública en enero de 2025 y se espera su aprobación provisional en abril y definitiva por la Comunidad de Madrid en agosto del mismo año. Estas restricciones se justifican en base a los datos recabados por el Ayuntamiento, que muestran un aumento significativo de establecimientos turísticos en la ciudad y las consecuencias negativas en términos de pérdida de población y problemas de convivencia.
En resumen, el Plan Reside busca regular los pisos turísticos en Madrid, preservar el carácter residencial del centro histórico, fomentar la rehabilitación de edificios y mejorar la convivencia en la ciudad. Estas medidas buscan encontrar un equilibrio entre el turismo y la calidad de vida de los residentes en la capital.