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El viernes, el Departamento de Estado de los Estados Unidos impuso nuevas sanciones a los medios estatales rusos, acusándolos de financiar a soldados en Ucrania. Se señaló que un sitio de noticias del Kremlin, RT, estaba trabajando en colaboración con el ejército ruso para recaudar fondos y proporcionar equipos militares como fusiles de francotirador y chalecos antibalas.

A pesar de que RT ya había sido sancionado previamente por difundir propaganda y desinformación del Kremlin, las nuevas acusaciones sugieren que su papel va más allá de la influencia mediática. El secretario de Estado, Antony Blinken, afirmó que RT es una parte crucial de la maquinaria de guerra rusa y sus esfuerzos por socavar a los adversarios democráticos.

Además de difundir propaganda y desinformación, RT ha creado sitios web falsos para propagar su mensaje en diferentes regiones del mundo. Funcionarios han destacado que este medio también ha intensificado sus operaciones cibernéticas con una nueva unidad de inteligencia rusa establecida el año pasado.

La campaña de recaudación de fondos de RT buscaba financiar suministros militares, algunos adquiridos en China, como equipos de visión nocturna, aviones no tripulados, radios y generadores. Aunque no hay pruebas directas de la participación de RT en la obtención de estos suministros, se destaca su papel en la difusión de la iniciativa.

Según Jamie Rubin, director del Centro de Participación Global del Departamento de Estado, las acciones de RT revelan su papel no solo como medio de desinformación, sino como parte integral de las operaciones de inteligencia del gobierno ruso. Por otro lado, Dmitry Peskov, portavoz del presidente ruso Vladímir Putin, calificó las acusaciones como «absurdas» y defendió a RT como un medio de comunicación efectivo.

En resumen, las sanciones impuestas a RT por los Estados Unidos ponen de manifiesto las acusaciones de financiamiento a soldados en Ucrania y su participación en operaciones encubiertas de inteligencia. A pesar de las negaciones por parte de Rusia, el gobierno estadounidense continúa presionando a los medios estatales rusos por su presunta implicación en actividades militares ilegales.