Víctor Manuel, el reconocido cantautor asturiano, ha sellado una noche perfecta en los Conciertos de la Muralla en Alcalá de Henares. Con un espectáculo sinfónico que cautivó a todos los presentes, este evento será solo el preludio de lo que nos espera en noviembre en el Teatro Real de Madrid.
El artista, quien cuenta con una carrera de 60 años en la industria musical, ha sabido reinventarse una vez más al presentar esta gira con orquesta sinfónica y coral. Con una voz extraordinaria que llega directo al corazón, Víctor Manuel ha demostrado una vez más por qué es uno de los pocos artistas que sigue sorprendiendo sin necesidad de redes de apoyo.
La propuesta de esta gira en formato sinfónico es un verdadero regalo para los amantes de la buena música. Rodeado de 130 músicos y coro locales, el cantautor asturiano ha ofrecido una primera parte del concierto que mezcla pasajes asturianos de su icónico álbum ‘Verde’. Canciones como ‘Asturias’, ‘Eran dos niños’ y ‘Duerme, neñín’ resonaron en el recinto Huerta del Obispo, ante un público entregado.
Tras un breve descanso, el escenario se llenó una vez más de música y emoción. Esta vez, con arreglos extraordinarios de algunos de sus mejores temas, Víctor Manuel interpretó canciones como ‘Tu boca una nube blanca’, ‘Canción pequeña’ y ‘La sirena’. Cada canción, cada nota, transportaba al público a un lugar mágico donde la música se convertía en el lenguaje universal que todos podían entender.
La velada continuó con temas más políticos como ‘He cortado estas flores’ y ‘Cómo voy a olvidarme’, que resonaron en el recinto con fuerza y pasión. Víctor Manuel, fiel a sus principios y convicciones, no duda en expresar sus opiniones a través de su música, creando así un diálogo con su público que va más allá de las simples melodías.
El concierto llegó a su final con ‘Soy un corazón tendido al sol’, una de las canciones más queridas por su público. Sin embargo, los aplausos y la emoción del público pedían más, y Víctor Manuel no dudó en regalarles una propina con ‘Ay, amor’, cantada con una pasión renovada que emocionó a todos los presentes.
En definitiva, la noche en Alcalá de Henares fue un verdadero regalo para los amantes de la música de calidad. Víctor Manuel demostró una vez más por qué es uno de los grandes de la música española y por qué su legado perdurará por muchas generaciones más. Hasta la próxima vez, que será un honor volver a disfrutar de su talento y su pasión por la música. ¡Larga vida a la buena música!