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La casita del Ratoncito Pérez en un antiguo registro de gas de Madrid

En la calle Marqués Viudo de Pontejos, número dos, un antiguo registro de gas ha cobrado nueva vida gracias a la creatividad de Pablo Herrera Valencia, el portero del edificio. Inspirado por una historia que conoció hace años, Pablo transformó este pequeño espacio en una casita del Ratoncito Pérez, atrayendo a cientos de personas durante la navidad madrileña.

Una historia que conquista corazones

Cuando Pablo vio hace 14 años una casita similar hecha en la calle San Vicente Ferrer, decidió replicar la idea en la calle Marqués Viudo de Pontejos. Añadió detalles personales como un jamón, una barra de pan y una bufanda en homenaje a la mercería de la calle. Desde su apertura el 27 de noviembre, la casita no ha dejado de atraer curiosos y se ha vuelto viral en las redes sociales.

El impacto en la comunidad

Pablo, un portero originario de Malagón, Ciudad Real, no buscaba lucro con su proyecto. Para él, lo importante era que la gente disfrutara de la casita del Ratoncito Pérez de forma gratuita. Los mayores son quienes más se detienen a admirar los detalles, recordando la historia del ratón que busca los dientes que los niños dejan.

Un gesto de alegría para todos

Pablo ha ido más allá al confeccionar bolsitas para que los niños depositen sus dientes y las dejen debajo de su almohada, llenas de caramelos. Este gesto, costeado de su propio bolsillo, ha demostrado cómo algo tan sencillo puede alegrar a la gente. Su plan de cambiar la decoración según la temporada del año y organizar una gymkhana en enero demuestran su compromiso con mantener viva la magia del Ratoncito Pérez en Madrid.

La casita del Ratoncito Pérez en el antiguo registro de gas de Madrid no solo ha conquistado a los vecinos, sino también a los turistas y a la Policía Municipal, que ha colaborado en organizar las colas de visitantes. En un gesto de generosidad y creatividad, Pablo ha traído un pedacito de cuento de hadas a la vida real en pleno centro de la capital española.