La tuitera ‘Barbijaputa’ se ha defendido en el juicio por delitos de odio, alegando libertad de expresión. María Pozo, la columnista y activista feminista detrás del seudónimo, ha negado los mensajes antisemitas que se le atribuyen, argumentando que están sacados de contexto. Durante el interrogatorio del fiscal, Pozo afirmó ser «profundamente antisfascista» para desvincularse del nazismo y aseguró que sus comentarios eran chistes en un contexto político específico.

El fiscal pide un año y nueve meses de cárcel por provocación al odio y la inhabilitación para usar redes sociales. Además, solicita una multa diaria de nueve euros por once meses. Los mensajes de Pozo en Twitter incluyen referencias a Hitler, trivialización del Holocausto y comentarios ofensivos hacia los judíos, generando desasosiego en la comunidad judía, según el fiscal.

Declaración de la acusada

Durante su declaración, Pozo explicó que manejaba la cuenta ‘Barbijaputa’ desde 2011, iniciando un debate sobre los límites del humor. Vincula la acusación a una campaña de la ultraderecha contra los medios que apoyaban a Manuela Carmena, exalcaldesa de Madrid. Reconoció algunos mensajes sobre sionismo y genocidio en Gaza, pero negó otros y afirmó que no se identifica con su nombre real por recibir amenazas.

La acusada ha sostenido que sus tuits eran sarcásticos para expresar emociones y que nunca ha tenido odio hacia los judíos. Testigos como Juan Carlos Girauta y Fernando Múgica Heras han señalado la amenaza que representan estos mensajes para la comunidad judía en España. La acusación popular ha traído representantes de la comunidad judía al juicio, quienes consideran los tuits como mensajes ofensivos que pueden generar violencia en redes sociales.

Preocupación por el discurso de odio

En las cuestiones previas, la abogada de la acusada argumentó una presunta vulneración de derechos en el proceso judicial. Se ha planteado la preocupación por el discurso de odio en redes sociales en una sociedad democrática, con la posibilidad de generar violencia. La defensa de Pozo ha señalado que los tuits fueron sacados de contexto y que la acusada ha sufrido las consecuencias de una campaña de difamación.