A sus 49 años, sigue rompiendo récords como la mayor medallista de los Juegos y hoy es condecorada por el Ayuntamiento de Madrid

Nacida en Zaragoza, Teresa Perales ya se considera madrileña de adopción. Es ya la deportista más laureada de la historia de los Juegos, junto al nadador norteamericano Michael Phelps (28 metales), a quien espera superar en Los Ángeles 2028, para cuando tendrá 52 años. A día de hoy sigue entrenando en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde ya se preparó para conquistar su última medalla olímpica en París. Esta nadadora paralímpica, a la que le cambió la vida a los 19 años –cuando por una neuropatía perdió la movilidad en las piernas–, sigue rompiendo barreras tras ya haber conquistado todas las metas de su disciplina, además del Premio Princesa de Asturias. Hoy, el Ayuntamiento de Madrid la homenajea con la Medalla de Honor de Madrid por el día de San Isidro, junto a otras personalidades.

Más allá de su carrera, deportiva ha dado conferencias por todo el mundo y ha escrito varios libros contando su ejemplo de superación y sus lecciones de vida. Además, tiene una fundación con su nombre para impulsar el deporte inclusivo y la igualdad a todos los niveles. Un verdadero icono inspirador.

¿Se agradecen más los reconocimientos de una localidad cuando no se es de allí?

Es la magia de Madrid, que acoge a todo el mundo. Y aunque no seas madrileña de nacimiento, la ciudad te hace sentir una más desde el principio. Llevo ya entrenando aquí tres años y para mí el de Paris ha sido uno de los ciclos más especiales de mi carrera. Además, he tenido que aprender a convivir con la distancia, mi marido y mi hijo siguen en Zaragoza mientras yo estoy a caballo entre las dos ciudades.

¿Madrid es ya una ciudad totalmente accesible para personas con movilidad reducida?

He de decir que vengo de una de las ciudades más cómodas, como es Zaragoza, por su geografía y sus dimensiones. Pero tengo que añadir que desde que conozco Madrid he notado una evolución brutal en accesibilidad. Es evidente que se ha trabajado mucho, aunque al Metro aún le queda un empujón.

¿Nos puede adelantar algo de su discurso?

No, pero no por que no quiera, sino porque soy de improvisarlos o como mucho escribirlos en el último momento. Prefiero hablar desde el corazón, lo que me nazca en el momento. Y en el caso de Madrid es fácil, porque siento que formo parte de ella. También, siempre que me dan un premio para mí es muy importante sentir que lo comparto con el resto de premiados, y especialmente en este caso con Rodri, que tantas alegrías nos ha dado a los futboleros con la Selección.