La histórica fábrica de Clesa en el distrito de Fuencarral-El Pardo ha sido designada como Bien de Interés Cultural (BIC) luego de un extenso proceso de un año. Este emblemático edificio, erigido por el renombrado arquitecto Alejandro de la Sota, representa un hito de la arquitectura moderna española de posguerra y ha sido reconocido a nivel internacional por su innovación y contribuciones técnicas al campo.

El proyecto de la fábrica de Clesa, concebido en colaboración con el ingeniero agrónomo Manuel Ramos Amieva en 1958, se destaca por su modernidad, monumentalidad y contribución a la modernización de los hábitos alimentarios a través de la producción industrial de leche tratada e higienizada. Ubicada en las inmediaciones del hospital Ramón y Cajal, esta central láctea es un ejemplo representativo de la arquitectura industrial nacional del siglo XX y de las primeras construcciones de hormigón pretensado en España.

La fábrica, que cesó sus operaciones en 2011, abarca más de 11,000 metros cuadrados en la avenida del Cardenal Herrera Oria y se erigió a finales de la década de los 50 para el envasado de leche de la empresa burgalesa Clesa. De la Sota empleó un revestimiento de hormigón en toda la fachada, marcando un contraste con el predominio del ladrillo en la época.

Alejandro de la Sota, una figura influyente en la arquitectura española, ha dejado un legado perdurable a través de obras como la fábrica de Clesa y el gimnasio del colegio Maravillas de Madrid, también declarado BIC en 2017. Su impacto trasciende generaciones de arquitectos y su enfoque vanguardista sigue siendo relevante en la actualidad.

### La Importancia de la Protección Cultural

La declaración de la fábrica de Clesa como Bien de Interés Cultural es un paso significativo para preservar el patrimonio arquitectónico y cultural de España. Este reconocimiento no solo honra la memoria de Alejandro de la Sota y su legado, sino que también resalta la importancia de conservar edificaciones emblemáticas que representan la historia y la evolución del país.

La designación como BIC otorga a la fábrica de Clesa una protección especial que garantiza su integridad y salvaguarda su valor histórico y arquitectónico para las futuras generaciones. Este tipo de medidas son esenciales para mantener viva la herencia cultural y arquitectónica de España y promover la apreciación y comprensión de su rica historia.

En un mundo en constante evolución, la preservación de edificios emblemáticos como la fábrica de Clesa se vuelve cada vez más crucial para recordar y celebrar el legado de visionarios como Alejandro de la Sota. Estas estructuras no solo son testigos del pasado, sino que también inspiran y enriquecen el presente, sirviendo como recordatorios tangibles de la creatividad y la innovación que han impulsado el desarrollo arquitectónico a lo largo de los años.

Al declararla Bien de Interés Cultural, se reconoce la trascendencia de la fábrica de Clesa como un monumento arquitectónico emblemático que encapsula la visión y el talento de su creador, y que seguirá siendo un punto de referencia cultural y educativo en el panorama arquitectónico español. Es un tributo merecido a la excelencia y la creatividad que perduran a lo largo del tiempo, inspirando y enriqueciendo a las generaciones venideras con su legado perdurable.